La Contaminación
LA CONTAMINACIÓN
Es la introducción de
sustancias u otros elementos físicos en un medio que provocan que éste sea
inseguro o no apto para su uso. El
medio puede ser un ecosistema,
un medio físico o un ser vivo. El
contaminante puede ser una sustancia química, energía (como sonido, calor, luz o radiactividad).
Es siempre una alteración
negativa del estado natural del medio,
y por lo general, se genera como consecuencia de la actividad humana
considerándose una forma de impacto
ambiental.
La contaminación puede
clasificarse según el tipo de fuente de donde proviene, o por la forma de
contaminante que emite o medio que contamina. Existen muchos agentes
contaminantes entre ellos las sustancias químicas (como plaguicidas, cianuro,
herbicidas y otros.), los residuos urbanos, el petróleo, o las radiaciones
ionizantes. Todos estos pueden producir enfermedades, daños en los ecosistemas o el medioambiente. Además existen
muchos contaminantes gaseosos que juegan un papel importante en diferentes
fenómenos atmosféricos, como la generación de lluvia ácida, el debilitamiento
de la capa de ozono, y el cambio climático.
CAUSAS DE LA CONTAMINACIÓN
Empecemos por los
tipos de contaminantes. Los contaminantes
químicos provienen
principalmente de la industria química: productos tóxicos minerales, ácidos,
disolventes orgánicos, detergentes, plásticos, los derivados del petróleo,
pesticidas (como el DDT),
abonos sintéticos, etc. Entre los contaminantes físicos encontramos la radioactividad, el
calor, el ruido, efectos mecánicos, etc., mientras que los contaminantes biológicos se refieren a desechos orgánicos que,
al descomponerse, fermentan y causan el daño (excrementos, desechos de
fábricas, papel, serrín de la industria forestal, desagües, etc.)
Con todo, para
concretar las causas de la contaminación ambiental, tenemos que
diferenciar entre tres tipos de contaminación entre las que
encontramos sus causantes:
La contaminación
del aire (o atmosférica) es la producida por los humos de los vehículos e
industrias, aerosoles, polvo, ruidos, malos olores, radiación atómica, etc.
Entre los contaminantes gaseosos más comunes encontramos el dióxido de carbono,
el monóxido de carbono, los hidrocarburos, los óxidos de nitrógeno, los óxidos
de azufre y el ozono. Para la organización Ecologistas
en Acción, las principales causas de la contaminación del
aire están relacionadas con la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo
y gas). La combustión de estas materias primas se produce en los procesos o en
el funcionamiento de los sectores industrial y del transporte por carretera,
principalmente. Según datos de los ecologistas, aproximadamente el
80% de la contaminación atmosférica en España está causada por
el tráfico rodado.
La contaminación
del agua (o hídrica). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el
agua está contaminada cuando su composición se haya alterado de modo que no
reúna las condiciones necesarias para ser utilizada beneficiosamente en el
consumo del hombre y de los animales. La contaminación del agua afecta a ríos,
acuíferos y mares, que se convierten poco a poco en verdaderos basureros. Como
denuncian organizaciones como Greenpeace, cientos
de sustancias tóxicas son arrojadas al agua sin un control adecuado: al
año se vierten al agua en España más de 4,6 millones de toneladas de
contaminantes. Entre ellos, encontramos vertidos de aguas negras (urbanos
e industriales), de petróleo, productos fitosanitarios (como plaguicidas),
abonos, pesticidas, detergentes y otros productos nocivos para el medio
ambiente. Por su parte, los ecologistas
de WWF destacan que la agricultura constituye el
contaminador difuso más importante de España. La contaminación por nitratos en
las aguas subterráneas se debe a la infiltración de los fertilizantes
agrícolas, de los cuales se usan en España aproximadamente 1.700 toneladas al
año.
La contaminación
del suelo es la producida por el vertido de sustancias
químicas y basuras. Cuando acumulamos basuras al aire libre en un
mismo lugar durante mucho tiempo, parte de los residuos orgánicos fermentan y
se filtran a través del suelo, sobre todo cuando éste es permeable. Al dejar
pasar los líquidos, contamina con hongos, bacterias y otros microorganismos
patógenos el suelo y las aguas (superficiales y subterráneas) que están en
contacto con él, afectando a las cadenas alimenticias. Los plaguicidas
utilizados en la agricultura son otro de los principales contaminantes del
suelo. Uno de los insecticidas más usados es el DDT, que puede mantenerse
por 10 años o más en los suelos sin descomponerse. Los fungicidas,
por ejemplo, incluyen contaminantes como azufre y cobre. La actividad
minera también contamina los suelos a través de las aguas de relave, que
contienen elementos químicos como mercurio, cadmio, cobre, arsénico, plomo,
etc.
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